Esta semana comenzó con los Premios “Deportistas 5 Estrellas”, que otorga El Diario Vasco y que tuve la fortuna de poder presentar un año más.
Aunque es la parte que no se ve, las galas de este tipo requieren de un trabajo previo donde es importante reunirse con los organizadores. Escucharles y entender el objetivo del evento es clave para conectar con el mensaje que quieren transmitir y ayudarles a vehiculizarlo y aterrizarlo con una escaleta y el guión.
Cuando me preguntan, siempre contesto que ser maestro de ceremonias trata, básicamente, de acompañar y observar.
Por un lado, convertirse en el apoyo invisible de l@s verdader@s protagonistas: ofrecerles la presentación que merecen, echarles un cable si se quedan bloqueados, saber gestionar los tiempos…
Y, por otro lado, controlar el ambiente de la sala con recursos como la modulación del tono, los cambios de ritmo…
Además, debemos permanecer siempre alerta para asumir con naturalidad posibles contratiempos que puedan surgir y saber gestionar nuestras emociones, de manera que empaticemos con los sentimientos de l@s homenajead@s y sus familiares sin que esa emoción llegué a superarnos.
No existe una fórmula mágica. Son los años y los eventos los que van enseñándote a manejar todos los detalles. Pero hay una máxima que nunca falla: el presentador tiene que disfrutar de lo que hace. Es la mejor manera de transmitir y conectar.